Una Federala Contesta a Un Unitario Cuartetas 1830

El contexto en el que fueron escritas estas cuartetas por “una federala”, se inscribe en los primeros meses de la llegada al poder de Juan Manuel de Rosas. Éste ya había sido ungido bajo el título de Restaurador de las Leyes en el mes de enero de 1830, y durante todo ese año habría de llevar adelante el encauzamiento de la administración pública y el castigo ejemplar contra los revoltosos o anarquistas –lo que vale decir, contra los unitarios o decembristas seguidores de Juan Lavalle, principalmente-. Por su parte, el general unitario José María Paz era el dueño de la situación en Córdoba, y por ende, la amenaza más importante para la Federación en el interior.

Desde el crimen del coronel Dorrego (1828) y en los años sucesivos, la literatura tendrá un nutrido crecimiento por medio de panfletos y periódicos que tuvieron relativa duración. Entre estos últimos, hallamos a El Torito de los Muchachos, que se editaba en la Imprenta Republicana y cuyo lema fue “Para decir que viene el Toro, no hay que dar esos empujones”. Y aquí hallamos la siguiente queja de “una federala”:

Muchachas, qué tienen

Estos unitarios

Que a más de cobardes

Son tan sanguinarios.

Es preciso darles

Su buen merecido

Por los muchos males

Que nos han traído.

No veis que en el día

Aun venganza gritan,

Y al ver que no mandan

Braman y se irritan.

De paño encarnado

Es el uniforme

De los que defienden

Las leyes y el orden.

Mirad sus caballos

Briosos, y arrogantes

Mostrando en su garbo

Que fueron triunfantes.

Moños en la cola

Les ponen ufanos

En señal del triunfo

Contra los tiranos.

Decidles muchachas

Jóvenes bizarros

¿Qué poder humano

Podrá esclavizarlos?

Pues os proponeis,

Con justa razón

Librar a la Patria

De toda opresión.

También hay madamas

Que sin repugnancia

Siguen el ejemplo

De vuestra arrogancia.

Algunas entre ellas

Tejen los laureles

Que han de coronaros

Por patriotas fieles.

Así pues las mozas

Que son federales

Detestan los déspotas

Furias infernales.

Y aun cuando se cubran

De ricos brillantes

Para ellas son siempre

Insignificantes.

Los jóvenes buenos

Son en su opinión

Aquellos que siguen

La federación.

No se les acercan

A esos mentecatos

Pues han dado pruebas

De viles e ingratos.

Con esto su culpa

Está castigada

Y la cara Patria

Se encuentra vengada.

Fuente: “El Torito de los Muchachos”, Número 18, Buenos Aires, 17 de octubre de 1830.

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