VISITA AL MUSEO “DEL LIBERTADOR” DE CORRIENTES CAPITAL

En el monoblock 4, planta baja “B”, del barrio Santa Rosa de la ciudad de Corrientes Capital, se ubica el Museo “Del Libertador” que dirige el Dr. Gaspar Moreno, hombre del derecho que también tiene en dichas instalaciones su estudio jurídico. Del casco histórico de la capital correntina queda a unas 30 cuadras hacia el sur, en la intersección de las calles Chacabuco y General Paz.

Aprovechando una corta estadía que hice en Corrientes con motivo de la Semana Santa de 2017 en compañía de mi amada Norma Ruiz y de su hija, Mariel, antes de nuestro arribo ya estaba acordada una visita al Museo. Por eso mismo, en una tarde de cielo gris, que por momentos tornaba en lluvia torrencial, encaramos hacia el lugar, donde nos aguardaban Gaspar Moreno y su acompañante, María Villordo.

El Museo “Del Libertador” cumple varias funciones al mismo tiempo, ya que sirve de hogar, de lugar de trabajo, para celebrar reuniones sociales y, como su nombre lo indica, de museo orientado hacia lo histórico-militar. Se trata de cuatro ambientes repletos de objetos, uniformes antiguos y cuadros que, en su conjunto, demuestran la pasión puesta por su dueño a lo largo de varias décadas de buscar y juntar tan valioso material.

Uniforme completo de la División Infernal de Gauchos de Línea que creara el gaucho general Martín Miguel de Güemes. Actualmente es el Regimiento de Caballería Ligero 5 del Ejército Argentino.

Moreno es un profundo admirador de las figuras de José de San Martín y de Juan Manuel de Rosas, y vuelca su curiosidad histórica en asociaciones que lo tienen por miembro, como ser el Movimiento Sanmartiniano – Sede Corrientes o, bien, la Junta de Estudios Históricos de la Provincia de Corrientes. Precisamente, la sucursal correntina del Movimiento Sanmartiniano hace sus reuniones en el ambiente principal del Museo “Del Libertador”, donde sus integrantes departen acerca de las futuras actividades o conferencias a celebrar.

PIEZAS Y COLECCIONES DEL MUSEO 

A primera vista, lo que más resalta del Museo son los maniquíes ataviados con uniformes completos de regimientos de línea y de las armas de infantería, caballería y artillería. También pude apreciar una nutrida cantidad de medallas y condecoraciones de distintas épocas y protagonistas.

Una pieza de magnífico valor que existe en el Museo, es una lanza de caballería original extraída del combate de San Lorenzo, del 3 de febrero de 1813, donde los Granaderos a Caballo, al mando del general San Martín, batieron a los realistas. Nunca había visto una de ellas, y mucho menos poder fotografiarme tomándola con mis propias manos.

El sector dedicado a la memoria de Rosas y la Federación tiene dos uniformes que mi padre y yo hemos donado al amigo Gaspar Moreno, correspondientes, uno al traje del 2do. Batallón de Patricios de Buenos Aires, y el otro al de un miliciano del Regimiento 5to. de Caballería de Campaña “Colorados de Monte”. Daba gusto verlos tan bien cuidados y limpios, máxime cuando se trataba de un donativo hecho por nosotros hacia una institución que habrá de conservarlo para los tiempos. Había otro maniquí que vestía el uniforme de un oficial de regimiento de infantería, el cual fue donado, con las charreteras y todo, por el amigo e historiador de Baradero, don Ángel Pérez. Completaban este sector rosista un cuadro con la efigie del Restaurador y un sillón de fina confección y estilo que, al decir del Dr. Moreno, “cuando me lo trajeron me dieron el dato de que pudo pertenecer a Juan Manuel de Rosas, aunque aún no pude dar con la documentación que lo autentifique”. Sobre el cabezal tiene un tallado en madera muy interesante, y la tela que lo decora es de color rojizo con diseños floreados blancuzcos. Se nota la antigüedad que tiene, y ante la seriedad que me infunde el director del Museo, no dudé en sentarme en dicho sillón, porque tiene una alta probabilidad de haber pertenecido al mobiliario del insigne referente de la soberanía nacional.

Hermosa réplica del sable corvo del Libertador General San Martín, presea militar que donara, en enero de 1844, al Restaurador Juan Manuel de Rosas.

Mientras uno recorre los diferentes espacios del Museo “Del Libertador”, puede notar la cantidad de panoplias que adornan sus paredes. De entre tantas, hubo una que llamó mi atención, la cual tenía un cartel en bronce que decía:

“CARABINA REMINGTON

PROP. DE CRESCENCIO QUIJANO GUERRERO PARAGUAY

EXP. DESIERTO PEDRO QUIJANO GDOR. DE FORMOSA

DONACION DR. TULIO LIPER QUIJANO”

Esa arma, según me explicó su dueño, había sido propiedad de Crescencio Quijano, padre del que fuera Vicepresidente de la Nación de Juan Perón, hablamos de Juan Hortensio Quijano Balaguer (1884-1952). Don Crescencio Quijano era oriundo de la Provincia de Santa Fe. Vio el ocaso en 1901 y estaba casado con la correntina Teresa Balaguer Llopart, quien murió, casi centenaria, el 2 de octubre de 1952. Esa carabina Remington que luce en uno de los rincones del Museo “Del Libertador”, luego pasó a manos de Pedro Quijano, quien también abrazó la carrera de las armas y que fuera Gobernador de Formosa promediando la década de 1920.

Carabina Remington que perteneció a don Crescencio Quijano, padre del Vicepresidente de la Nación, Dr. Juan Hortencio Quijano.

El Dr. Tulio Liper Quijano, uno de cuyos antepasados, Haydee Quijano Balaguer, estaba casada con Manuel Liper, le hizo entrega de la reliquia familiar al Dr. Moreno el 2 de abril de 2016, acto que dejó sentado el donante en el Libro de Visitas del Museo con una conceptuosa dedicatoria.

En el inventario del Museo también uno puede observar la boina de Comando del Ejército Argentino que perteneció al ex Coronel Mohamed Alí Seineldín, quien la autografió y regaló al Dr. Gaspar Moreno. Ambos mantuvieron una amistad de años. Colmó mis expectativas un revólver extraído de los campos donde se desarrolló la Batalla de Ñaembé, la cual disputaron en 1871 el general Ricardo López Jordán hijo contra los ejércitos de línea de la Provincia de Buenos Aires. También el autógrafo o rúbrica de Juan Manuel de Rosas de una carta original y un bloque de adobe, de enormes proporciones, que perteneciera a una de las barracas que rodeaban al famoso Campamento y Cuartel El Plumerillo, allá en la Provincia de Mendoza, y que sirviera de destacamento en 1815 para el Regimiento de Granaderos a Caballo que comandaba José de San Martín y los demás batallones y unidades militares que lo acompañarían en sus campañas de Chile y Perú.

Una pieza invalorable del Museo “Del Libertador” es este revolver hallado en los campos de Ñaembé, donde se libró la batalla de enero de 1871.

Frente a su escritorio de trabajo, el Dr. Moreno tiene una réplica exacta del sable corvo de San Martín, el mismo que le fuera legado el 23 de enero de 1844 por testamento político al Restaurador Rosas. Allí pueden verse un catalejo de bronce, algunos daguerrotipos de guerreros del Paraguay y, sobre otra de las paredes de su oficina, un Boletín original que lleva la firma del general José María Paz y que está dirigido desde el “Campamento general en San Gregorio” en “Noviembre 26 de 1840”. En el documento se dice que las armas del pueblo correntino “serán siempre el terror de los tiranos”. Felicita el general Paz el triunfo de sus tropas por sobre las del general federal Pascual Echagüe en las acciones de Mandisoví, Entre Ríos, desarrolladas el 25 de noviembre de 1840.[1]

Cuando la tarde lluviosa había calmado, fuimos invitados a pasar a los fondos del Museo, donde prevalecen la infaltable parrilla, asientos, una mesada para visitantes ilustres de ocasión y más objetos que están cubiertos por un techo que impide que éstos se estropeen. “Ese equipo de esquí de madera fue parte de la expedición a la Antártida del general Hernán Pujato”, me señaló Gaspar Moreno. Está colgado de modo tal que su visión no pase inadvertida. Cerca de esas piezas hay un casco de esgrima, un cuero de yacaré y herramientas de campo.

Equipo de esquí que formara parte de la expedición a la Antártida Argentina llevada a cabo por el general Hernán Pujato.

En las épocas primaverales, Moreno suele agasajar en este rincón a amigos e invitados que vienen a apreciar las instalaciones del Museo “Del Libertador”, el cual, si todo sale bien, “próximamente será trasladado a un lugar más grande por el que estamos peleando”, me dijo con entusiasmo sin igual. Y tenía razón, pues me explicó que tiene guardados “más de quince uniformes completos militares que por falta de espacio no los puedo exhibir ahora”.

Quisiera hacer mención del excelente almuerzo que tanto el Dr. Moreno como su acompañante, María Villordo, nos han ofrecido aquel día en que fuimos a visitarlos. Unas exquisitas empanadas de boga y de pacú, ambas especies de río. Y dada la cercanía con el Paraguay, tuvimos el placer de degustar sopa paraguaya que Villordo había preparado con mano maestra.

Por otra parte, el que suscribe pudo intercambiar algunas opiniones sobre historia con algunas personalidades que ofician de amigos de Moreno, y que constituyen en Corrientes lo más granado en materia historiográfica provincial. Ellos son el coronel (R) Miguel Recupero y el licenciado en Historia Hugo Echavarría, todos ellos integrantes del Movimiento Sanmartiniano correntino y, en el caso de Echavarría y Gaspar Moreno, de la Junta de Estudios Históricos de la Provincia de Corrientes. Al día siguiente de haber estado recorriendo y almorzando en el Museo, tuve la posibilidad de conocer al Doctor en Historia, don Enrique Deniri Cuelli, a quien le hice una entrevista para que me contara pormenores del período rosista en este suelo correntino tan esquivo a sus dictámenes, entrevista que transcribí y publiqué en este mismo portal hace unas semanas ya.

De izquierda a derecha: el Dr. Gaspar Moreno, el que suscribe, el Cnl (R) Miguel Recupero y el Licenciado en Historia Hugo Echavarría. Aparezco sosteniendo mi obra “Los Patricios en los tiempos de Rosas”, ejemplar que doné al Museo.

Quedó hecha la promesa de presentar el libro de mi autoría, Los Patricios en los tiempos de Rosas, en las instalaciones del Archivo Histórico de Corrientes, actividad que, Dios mediante, estaremos coordinando en los meses por venir.

Por Gabriel O. Turone

Referencias:  

[1] Mandisoví era una población habitada por los indios guaraníes, si bien ya en 1777 se había asentado en ella don Juan San Martín, el padre del Capitán General José de San Martín. Discurrido el tiempo, Mandisoví se transformó en la actual localidad de Federación, nombre que le fuera dado por Justo José de Urquiza.

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